Te he olvidado, sí, mi buen caballero, te dejé atrás, allá en mis recuerdos más escondidos, en los aquellos que hacen llorar de tanto reir.
Te olvidé mi gran señor, junto a tus cabellos de ceniza. Te olvidé mi Juan, aunque pensaba que no podía. Te olvidé sin querer olvidarte.
Sin más, te olvidé !
(Lo supe aquel día que dejaste de dolerme, cuando pensaba que ese día nunca llegaría, pero ya no te abrazo ni en recuerdos.)