jueves, 28 de julio de 2016

Recuerdos en cuadernos.-

Ayer encontré en un cuaderno viejo (notanviejo) una entrada, a la que titulaba "Te encontré en la calle. Me encanta la calle", hoy le pondría "Te encontré en la calle, quédate ahí, por siempre, muy lejos de mi".

Como todas las historias de amor, debo contar las cosas como no son, como las emociones me indicaron debía pensarlas.
Érase una vez una muchacha a quién no nombraré -yo-, atrapada sin tener por qué en una relación tormentosa consigo misma, hasta que de pronto un día de Octubre, revisando una red social muy connotada, tuvo un flechazo instantáneo con aquella, treinteañera, de pelo negro, liso y largo, de profesión diseñadora y comiquera, de pasatiempo: Nerd.
Me preguntó -luego de mucho psicopateo obvio- si le seguía por el cómic y claro, había llegado hasta su página personal por el cómic, pero nunca he sido muy fan de ese tipo de arte, de hecho me declaro completamente ignorante si en temas de arte visual se entiende, pero por supuesto que mi respuesta fue falsa, no me importaba mucho el cómic en sí, aunque igual quería el libro, me llamaba la atención la temática, lejos de las convenciones sociales que encasillan al tema en: Feminismo, Academia o Erotismo para hombres heterosexuales. Luego de una serie de preguntas y respuestas tímidas, sin sentido, un tanto jocosas (recuerdo claramente que le dije que era como el señor lápiz), quedamos en concretar un encuentro y yo, muy ensimismada en mi relación tormentosa, no dejaba de cuestionarme si debía o no ir predispuesta a tener una cita, con aquella persona, a mi parecer, la más linda y simpática de todas las redes sociales en las que había compartido momentos y conversaciones con alguien, pero también porque no sabía a qué atenerme: quizás sólo quería beber.
Pero te conocí, como si de verdad el destino existiera, te conocí mágicamente cuando sentía que las cosas se caían a pedazos, cuando sólo creía que debía seguir tristemente donde no quería pero sentía un deber de no sé qué, pero ahí caminando te ví, fuera del GAM en el ícono de lo hipster, con tu polerón de gatitos, tu pelo largo y liso, muy largo, muy suave y feminista, porque hasta tu pelo es feminista y sentí mil novescientos ataques cardíacos, en 0,2 segundos pensé que estaba mal vestida, que no me había depilado, qué le pregunto y sólo te dije que el kei pop era súper hueon y que deberíamos bailarlo, aunque claro, aún no sabía que tenías tanto no-ritmo y cuando sentí que me pertenecías te lo dije ebria, porque al parecer la ebriedad es lo que me hace sentir más confianza y honestidad y te amé, te amé tan rápido que al amanecer sólo pude abrazarte y decirte que te quedaras conmigo esa mañana y aunque no fue así, me quedé contigo para siempre (o al menos el para siempre que es, hasta ahora).

Me enamoré de ti, como si de un churrasco palta mayo -casero- se tratara, me enamoré de tus manos sin mucha fuerza, de tu alergia a la vida, de tus perras chicas de pensamiento lento, de tus rabietas, de tus mañas y tus locuras, hasta de tus golpes al hacerte cosquillas.

CONCHETUMADRE, QUÉ TENÍA EN LA CABEZA.

lunes, 21 de julio de 2014

PUTA.

Hoy hablé de ti Vaitiare, te quiero Vaitiare Giselle, porque soy una Fabiola Yolanda Pitiá, emocional y extraña y me acordé de Natalia Faundez, porque me preguntaron de ella.
Natalia, quisiera poder decirte ¡PUTA CULIAAAAAAAAAAAA! HIJADELAPUTAFEACULIAENANAYLACONCHESUMARE!.
Pero nada que ver, hoy me acordé de ti, pequeña Vaitiare y le dije a amigas de cosas muy jugo y te pongo en el lugar de Natalia, porque alguien debía ocupar su lugar, en este rincón tonto, te quiero grande Giselle. Porque me haces reír, porque fuiste la primera en cosas ectrañas. Te amo Puta Vaitiare. Porque yo amo  a la gente ebriamente, es mi manera de amar. Cuidate puta. Te Amo Puta y es mi manera de decir: Eres una de las mejores cosas que me han pasado. Porque eres una puta amiga. una puta de esas que una siempre quiere a su lado.
PUTA. PUTO AMOR FILIAR. PUTO AMOR DE AMISTAD. PUTA VIDA.