Si hoy o mañana
cansada de estar y no estar,
me muero en el camino,
sólo pido
que se embriaguen los amigos,
y de noche arrojen mis cenizas
a las aguas frias de mi infancia
que tanto amé, que nunca olvido...
y pido que se escriba el sueño perdido,
aquel donde entraba tu alma
con la lluvia,
desnuda,
clara,
serena como lagrima que rueda
por la ventana...
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